
Otro vividor del sistema es el presidente del PAN estatal, Mauro Guerra Villarreal, que ahora va por la reelección para seguir manteniendo a la familia con suerte, es decir su familia compuesta de padres, hermanos y cuñados, ser una familia así como la de Mauro o tener una familia así, tienen la vida resuelta a costas de los ciudadanos, quienes de sus impuestos le tienen que aportar a esa familia más de 500 mil pesos mensuales.
Sin duda Mauro Guerra en si vida sólo ha servido para vivir de los ciudadanos, igual que su cuñado Alfonso Robledo, quien no suelta el hueso aunque haya más panistas con capacidad, pero bueno eso a los panistas no parece importarles, ya que siempre los apoyan, hasta los defienden como si fuera el último oasis en el desierto.
Mientras muchos de los panistas fundadores y sus descendientes no tienen una oportunidad, la familia de Mauro se sirve con la cuchara grande, empezando por el mismo Guerra, para continuar con su mamá que ha sido delegada federal y candidata a diputada federal, su padre que fue regidor de Guadalupe, su hermana, fue regidora de Guadalupe y ahora diputada federal de regalo.
Pero también su familia política alcanza los beneficios, por ejemplo su cuñado Alfonso Robledo quien desde que Mauro está en el poder del PAN, no necesariamente como presidente y desde que es presidente, nunca lo ha desamparado, por lo que desde el 2003 no ha dejado la ubre presupuestal, así como a la cuñada de su cuñado, Rosa Isela Castro, aunque de ellos hablaremos en otros ejemplares.
El que se cansó se chupar el presupuesto dela CNOP, es Ramiro González Gutiérrez, quien dejó al partido que ya no le servía para lograr sus objetivos el PRI, porque no le veían capacidad para nominarlo como diputado, así que se fue con MORENA, para lograr su objetivo, no el de los ciudadanos, esos le importan poco, tan es así que los dejó tirados en la CNOP de Apodaca.
Ramiro quien a través del PRI, fue secretario de Desarrollos Social en Apodaca y líder de la CNOP en ese municipio, central en la realizó jugosos negocios a costas de los comerciantes, buscó mejor la oportunidad por otro partido para llegar al Congreso Local, donde no creemos que haga un buen papel, pero eso es lo de menos, ya engañó a los ciudadanos.
La realidad es que a Ramiro González sólo le creyó su candidato a la alcaldía, es decir el de Morena, porque Ramiro sólo movió las estructuras a su favor, pues no podía fallarle a su padrino político quien colaboró con el PRI para la alcaldía, pues hasta a su hija llevaba de regidora, así que Ramiro en realidad se chamaqueo al de Morena, cuestiona de hacer cuentas.
Al que no se le hizo llegar al Congreso Local, a pesar de que hizo todo lo posible, fe Arturo Salinas, el ahora ex coordinador de los diputados panistas y no sólo eso, se creía el dueño del Congreso, pero los ciudadanos, los verdaderos dueños, le cobraron la afrenta y le dijeron no en las urnas, por lo que perdió y perdió todo.
Arturo Salinas trato de llegar tumbando a otros de sus compañeros pero al final el TEE le dio el no, le dijo que así como pretendía no era la forma correcta, así que perdió en las urnas y en el tribunal, porque un buen abogado electoral no ha sido o bien, recibió una sopa de su propio chocolate.
Cuestión de recordar que Arturo Salinas llevó la defensa de Alfonso Robledo contra Cienfuegos y la perdió, luego de Arturo Benavides contra Daniel Torres y la perdió, ahí fue porque no sirve como abogado o ¿se vendió?
Fue muy sospechoso que esos juicios los perdiera por cuestión de tiempos no de tiempo que es diferente, resulta que los escritos de sus defendidos llegaron tarde, bueno al menos ahora ya sabe lo que se siente perder en los tribuanales y en las casillas.