Dice un dicho que el que mucho abarca, poco aprieta, este parece aplicarse a la soberbia de Víctor Pérez Díaz, quien de todo y si digo de todo es de todo, le gusta tener de a dos o de más, cuanto le sea posible, pero esa ambición lo lleva directo a una caída precipitosa, formó un imperio, pero no conforme con ello, quiso más y más, lo que en lugar de fortalecer su feudo, seguro lo va debilitando.
Hay que recordar que Víctor se inició en la administración pública allá en Guadalupe, durante la administración del panista Rogelio Benavides, de 1997 al año 2000, como asistente del entonces director de Comunicación Social, Dionisio Herrera Duque, quien lo formó hasta que le dio la espalda, ya cuando Víctor fue alcalde de Santa Catarina, ahí cortó toda relación con su no sólo padrino político, sino su gran compadre de pila.
Después de Guadalupe, Víctor Pérez se fue como director de Comunicación Social a Monterrey, con Felipe de Jesús Cantú, con quien hiso el negocio de las luminarias en Santa Catarina a través de otro supuesto dueño, pero eso es otra historia, lo que nos ocupa es conocer sus inicios para entender su soberbia.
Para que los ciudadanos tengan un panorama claro de que en sus inicios Víctor Pérez no tenía nada, hasta que fue alcalde de Santa Catarina y por supuesto que el sueldo de alcalde no le dio para tanto, pero esa también es otra historia, con lo que concluimos que hay mucha oscuridad en lo que a Víctor se refiere, pero ahora estamos para analizar la caída de su feudo.
Cuando Dionisio Herrera fue alcalde de Santa Catarina, lógico, cargo con su compadre al que nunca desprotegió y lo colocó en su planilla como primer regidor, es decir que Nicho se preocupó por la economía de su compadre. ´por lo que perdiendo o ganando, Víctor sería regidor, en la siguiente administración Víctor no fue alcalde porque aún no existía la reelección, y como regidor pues era parte del ayuntamiento.
Al llega a la alcaldía su ambición lo lleva a romper relaciones con su compadre, con la intención de formar su propio grupo dentro del PAN, con el poder de la nómina, para ser él y sólo él, quien pusiera y decidiera a los candidatos, para seguir gobernando, tal como sucede con Héctor Castillo, porque para todo hay que hablar con Víctor.
Pero su ambición no paró ahí, sino que intentó o intenta apoderarse del control del PAN en el estado, por lo que siendo alcalde con el poder del dinero, y con el apoyo de sus hermanos y Jaime Torres, se dieron a la tarea de ingresar militantes al padrón del PAN, para tomar el control del partido y quitar a los que están, lógico los que ahora mandan no están mancos y se dieron cuenta de la maniobra de Víctor, que no se conformó con Santa, sino que pretende mandar en el estado.
Así que ahora la ambición de Víctor no tiene límites, por lo que nos cuentan que ya se dio un entre con los del estatal, al pedir la renuncia de la diputada federal por el distrito I, para que entre la suplente con la que tiene un compromiso, de hacerla diputada federal, por lo que en el estatal le dieron que no hay de piña, es decir tu aquí no mandas ni tienes voz y menos voto.
Ahora exige la senaduría, ser candidato del PAN al senado de la república, para lo que se promueve en panorámicos en todo el estado, aunque lo que realmente desea es que lo tomen en cuenta para candidato a la alcaldía de Monterrey, donde no hay lugar porque son muchos los tiradores que realmente han hecho su vida en Monterrey.
Esas actitudes de sublevación y soberbia, es lo que terminará con su feudo en Santa Catarina, porque los que mandan en el PAN ya se dieron cuenta que los quiere superar y por supuesto que no lo van a permitir, por lo que no sólo perderá la oportunidad de ser candidato, sino que incluso perderá Santa Catarina, porque los fuertes del PAN estatal, no pueden perder la oportunidad de dejarlo sin poder de una vez por todas.
Es decir que el próximo proceso electoral sería una oportunidad de oro para dejarlo fuera y de esa manera, mantener el control los que mandan sin nadie que les haga sombra, el error de Víctor es pretender ser más que los que están, porque los patos no le pueden tirar a las escopetas como dice el dicho, y el otro el que mucho abraca, poco aprieta.